A mí, por lo menos, se me complica aplacar un color que destaca mucho y que todo se ordene, digamos.
Lo que se me recomendó es pasarla de modo de color RGB a escala de grises.
Pero le falta esa "sal de la vida" que es el color.
Luego de este cambio, se puede ir otra vez al modo de imagen y volver a convertirla a modo RGB.
¿Con qué objeto? Para aplicar color desde allí, de a poco.
Un ojo no entrenado no percibirá diferencia entre esta instancia y la anterior, en modo Escala de grises.
Igual, ojo que yo medio que tampoco, eh.
Hace tiempo me gustaban más los colores saturados que los quebrados, ahora me gustan estos últimos, que no empalagan al ojo. Son más discretos, qué sé yo.
Igual se pueden mezclar, aunque hay que hacerlo con cierto cuidado.
Acá hay un grado más en la saturación de algunos elementos en la composición.
El ojo ve toda esa intensidad a la vez y repimpolotea a lo largo de la composición, que si bien carece de diagonales y trazos circulares, es medio zumbante. Supongamos que los ojos miran primero al rojo, luego al magenta, luego al violeta, luego al verde claro / amarillo sucio y así.
Y una vez que hicieron ese periplo, los ojos son raptados otra vez para repetirlo aunque no quieran.
El color no es mi fuerte, pero esto de convertir RGB a Escala de grises me ha sido de ayuda. Espero que usted también.