Un compañero del profesorado, durante la toma del rectorado, cuando las chicas se acostaban a dormir en algun lado, se acercaba a ellas a los fines de hacerles "cucharita". Pero no tenía otra relación que la de compañero del IUNA, o de la lucha por los derechos de los estudiantes a un instituto universitario con sede propia (las últimas sedes en las que estuve siguen siendo alquiladas).
Pero bueno, las compañeras se despertaban no con arrumacos o palabras gentiles para con el simpático Casquet (tal es su apodo -hoy día se hace llamar "El Innombrable", como si de Voldemort de Harry Potter de J. K. Rowling se tratase-). ¿Qué balbuceba el buen Casquet a los fines de sacudirse de sí la irascible indignación con que le repelían y las afrentas que le espetaban?
Casquet, el amigo del arrime, replicaba:
¿Cómo? ¿No éramos todos hippies?