Performance para la performance

Lo más triste es que somos todos iguales. Un grupito de elitistas que hacen performance para la performance. Teatro para el teatro. Nos felicitamos entre nosotros pero por detrás nos criticamos. Si nos sacan de este submundo de intelectuales y artistas nos cagamos en las patas. Pero claro estamos en un desnivel arriba del mundo ordinario. Defendemos la empresita sensible. Somos débiles gestores de nuestro narcisismo. Aceptamos el orden y no nos animamos a sentir o a pensar distinto porque así podríamos quedarnos solos en la marginalidad. Somos falsos adictos de una rueda neoliberal. Defendemos lo propio bajo el disfraz de lo colectivo y lo artístico. Estamos en contra del Sistema pero le damos de comer. Enojos que sólo generan posteos, cada cual en su perfil, miedo y likes.