20.10.25
Performance para la performance
Lo más triste es que somos todos iguales. Un grupito de elitistas que hacen performance para la performance. Teatro para el teatro. Nos felicitamos entre nosotros pero por detrás nos criticamos. Si nos sacan de este submundo de intelectuales y artistas nos cagamos en las patas. Pero claro estamos en un desnivel arriba del mundo ordinario. Defendemos la empresita sensible. Somos débiles gestores de nuestro narcisismo. Aceptamos el orden y no nos animamos a sentir o a pensar distinto porque así podríamos quedarnos solos en la marginalidad. Somos falsos adictos de una rueda neoliberal. Defendemos lo propio bajo el disfraz de lo colectivo y lo artístico. Estamos en contra del Sistema pero le damos de comer. Enojos que sólo generan posteos, cada cual en su perfil, miedo y likes.
13.10.25
9.10.25
Jim Lee
«Rechazamos lo que nos parece falso. Por eso es importante la creatividad humana. La IA no sueña. No siente. No crea arte. Nuestro trabajo como creadores, narradores y editores es hacer que las personas sientan algo real. Por eso creamos y por eso seguimos aquí».
Fuente:
24.9.25
Primavera
Para curar un amor platónico, una follada homérica.
-KAC, Eduardo.
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Nadie debería creerse perfecto, ni preocuparse demasiado por el hecho de no serlo.
-RUSSELL, Bertrand.
29.8.25
16.8.25
25.4.25
18.4.25
La familia Cateura
Felipito, el hijo del señor Cateura, estaba observando desde la azotea de la casa el paso del satélite artificial. El señor Cateura, en cuanto llegó, buscó a su hijo por toda la casa y cuando lo encontró le pegó un furibundo puntapié en la nuca.
—¡Monstruo! ¡Canalla! ¡Miserable! —gritó el hombre, echando espuma por la boca mientras retorcía el cuello de Felipito—. ¿Conque espiando las piernas de las vecinas?
—No, papá —se apresuró a decir el niño—. No espiaba a las vecinas. Estaba esperando que pase el satélite artificial.
—¡Excusas! ¡Puras excusas para no estudiar! —chilló el señor Cateura, al mismo tiempo que mordía con furia una de las orejas de Felipito—. ¿Te creés que mirando al cielo como un papamoscas vas a disolver la Convencional? ¿Te creés que mirando el satélite vas a conseguir que caiga el decadente gobierno vasco? ¿Te creés que mirando las piernas de la vecina vas a conseguir una huelga general? ¡No, demonio! Porque una huelga general sólo la conseguirás estudiando latín, porque el latín, bruto, te enseñará a ser un buen depuestista y te enseñará a ser el mejor carnicero del barrio, como soy yo.
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—Pero ya estudié latín, papá —se animó a opinar Felipito—. Ahora estaba esperando que pasara el satélite.
—¡Qué satélite ni satélite, bestia! —rugió el señor Cateura mientras arrastraba al niño de los pelos por toda la azotea. Lo que tú hacías era espiar a las señoritas de enfrente. ¿Te parece bien, imbécil, que mientras tu padre gasta montones de dinero en libros de latín, tú te pasas espiando a las vecinas? ¿Te parece bien, depravado, que mientras yo me sacrifico todo el día en la carnicería, tú te pasas mirando las piernas de todas las señoritas del barrio? ¡No, canalla! ¡Pundonor y decencia! ¡Rectitud y moral! ¡Austeridad y continencia! Eso es lo que necesitas, monstruo repugnante.
—¿Qué es lo que pasa? —preguntó Jezabel, la señora de Cateura, que entraba en ese momento.
—Que al degenerado de tu hijo le da por espiar a las señoritas de enfrente en vez de estudiar latín —explicó Cateura, al mismo tiempo que le daba a Felipito un feroz rodillazo en la campanilla.
—¡Castígalo por bruto! —gritó Jezabel— ¡Así aprenderá que con lo único que podrá ser un buen carnicero es con el estudio del latín!
Y el señor Cateura, luego de golpear otra vez a su hijo, se encerró en su dormitorio y se puso a leer ávidamente el libro "La Hembra".
17.4.25
Comino
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Esta genial colaboración es una interesante mixtura de personajes diferentes y buenísimos, ideales para descontracturar al comiquero que consume Marvel Comics, Dark Horse Comics y Malibú Cómics.
Comino es un cuadrúpedo gurú barrial de la raza hablador golden speaker, quien debe iluminar con su instrucción al torturado Zacatillo a través del Gólgota. En el viaje del héroe trágico, un travieso mandril trepana la nuca a una chica de nombre Chumino. En la absurda ordalía un robot gigante que tiene pedazos de carne fermentada en su conformación, es abofeteado por ángeles. En la tierra derrama su simiente, se convierte en estatua de sal, no ve nada nuevo bajo el sol y bebe su tintillo con regocijo. No escasean hilarantes diálogos con cerdos que hacen tropelías en sinagogas, rompen cadenas y reducen lápidas a escombros en el cementerio.
Comino es una buena opción para regalarle a esos mojigatos que no tocan un cómic ni con un palo. De la mano de Mardel Comix, otra interesante apuesta por un joven talento que se las trae.
14.4.25
3.3.25
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